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Después del 15M, después del 17M y antes de todo lo que pueda pasar, voy a intentar hacer una valoración de todo lo que veo a mi alrededor, intentar analizar el porqué de todo el movimiento y el porqué de toda la sorpresa, indignación y críticas de los que pueden estar en contra.
Antes de todo habría que dejar claro que las mentalidades y las formas de pensar cambian, que las ideas cambian, que las opiniones cambian, y que las formas de hacer las cosas cambian. Creo que en esto todo estamos de acuerdo, nadie piensa ni opina igual cuando tiene 15 años que cuando tiene 45.
Cuando pasa esto, los modelos también cambian, las políticas cambian, y los partidos políticos cambian. Pero esto es algo que pasa, como ejemplo tenemos todo nuestro pasado como demócratas.
Otra cosa que debería estar clara es la situación en la que vivimos. Estamos en una “etiquetada” crisis financiera, aunque yo la denomino crisis de valores, porque una crisis financiera sólo puede ser creada por codiciosos, envidiosos y orgullosos, y esto son valores, no finanzas.
Esta situación nos trae:
– Personas sin trabajo.
– Políticos sin capacidad de reacción, sin ideas, sin creatividad, con orgullo, envidia y recelo. Acomodadas socialmente, con empleo y sueldo garantizado.
– Medios de comunicación politizados. Todos sabemos quien es de cada uno.
– Banca (privada) salvada con dinero de todos (publico).
– Empresas sin posibilidades de creación de empleo ya que carecen de modelo aplicado al momento en el que estamos.
– Jóvenes preparados y con ideas, sin salidas y sin oportunidades en el territorio español. Se sigue apostando por la experiencia en lugar de las nuevas ideas en situación de cambio como estamos.
– Niños con la misma educación que hace 30 años, con un modelo anticuado. La calle les confunde con lo que hacen en clase.
Con todo ello voy a centrarme en las cosas de unos (manifestantes 15M) y de otros (contra manifestantes).
Los manifestantes del 15M piden que exista un cambio. Son organizados. No son personas jóvenes solamente, está formado por mucha gente, de diferentes clases, edades y razas indignada. No son antisistema. Son apolíticos en muchos casos porque no se sienten representados por ningún partido actualmente. Expresan su deseo de cambio a un mundo “mejor”. Quieren justicia. Quieren humanidad. Poseen la capacidad de luchar por lo que se considera “bueno” y protestar (actuar) por lo que se considera “malo”. Tienen ganas de vivir en libertad, sin política de por medio, porque la política les defrauda. Todos se sienten políticos porque todos poseen la capacidad de valorar, analizar y proponer medidas. Quieren mejorar en todos los ámbitos. La educación la ven caduca y politizada. Son democráticos. Quieren partidos políticos que de verdad trabajen y luchen por los intereses de todos, no por los propios. Exigen responsabilidad política. Exigen responsabilidad social. Critican a los bancos porque son salvados aún habiendo jugado con su dinero.
Aporto un ejemplo
Los contra manifestantes son los que no entienden el movimiento. Coincide que son los que tienen un empleo estable. Piensan que los manifestantes son pocos y sin propuestas. No ven un mundo diferente porque la experiencia les dice que es imposible. No conocen el movimiento 15M ni sus propuestas porque los medios de difusión de este movimiento no los controlan (Internet, Facebook). Consideran a los manifestantes como un movimiento más que no va a conseguir nada. Han perdido la capacidad de pensar en un mundo mejor, aunque a lo mejor de jóvenes si que lucharan por ello. Dicen que ya tienen bastante con sus problemas para que encima tengan que protestar por otras cosas. Algunos son justamente esos que los manifestantes critican (banqueros, políticos, altos directivos). Algunos piensan que nada debe cambiar, que coincide con que son los beneficiados de esta crisis. Ven y escuchan los medios de comunicación “tradicionales” que a la vez critican a los manifestantes, con lo cual se nutren de opiniones subjetivas.
Bueno, y muchas otras cosas más, pero lo de verdad importante de esto es que sin entender al otro bando ni empatizar con el otro bando nunca se puede debatir y estoy viendo que mucha parte de culpa viene de esto. Los manifestantes están luchando por cada uno de nosotros, luchan por la justicia y por el desorden político. Luchan por ideas globales, por un mundo más justo y desarrollado, pero también deben tener en cuenta que se están difundiendo por lugares que no controlan muchos, aunque reconozco que es el único método, ya que los medios de comunicación “tradicionales” no les dejan ni un minuto de su tiempo.
Todos debemos ser conscientes de por lo que protestamos y debemos unirnos o no a la causa, sabiendo de antemano que muchos no nos entenderán pero haciéndoles participes a ellos también e intentar a que entiendan cualquiera de nuestros movimientos.
Este es un cambio y como tal, conforma unos riesgos que sólo quieren llevarnos a ser mejores en todos los sentidos. En definitiva, todos somos personas y todos sabemos que está bien y que está mal, y las formas de actuar tienen que depender de estos factores. Si sabemos que algo no está bien no debemos porque hacerlo aunque otros ya lo estén haciendo y es algo que se debe denunciar.
Desde aquí, muestro mi apoyo a los manifestantes del 15M en todo e intentaré luchar desde mis medios para que salgan adelante en sus propuestas.
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