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Me acuerdo cuando un amigo y yo hablamos un día del fin de las guerras, del fin de la violencia, el fin de las injusticias, etc. Y esto que voy a exponer no es el fin de nada, pero es el principio de algo.

Varias marcas, tras la queja de muchos consumidores, han paralizado su publicitación en el programa de La Noria que emite Telecinco los sábados por la noche, al inivitar al programa a la madre de un presunto asesino, digo presunto porque no sé exactamente como anda el juicio o juicios contra esta persona.
El caso es que varios consumidores de marcas como Puleva, Bayer, Nestlé o Campofrío se quejaron a estas de promocionarse en La Noria después de que este programa contratara a la madre de un presunto asesino para que hablara de la situación de su hijo (una muestra más del cotilleo español). Y han conseguido lo que se habían propuesto, que dejaran de publicitarse en un programa que, según estos, estaba excediéndose «financiando» de algún modo la salida de un presunto asesino de la situación que se encuentra.

Y es que este es el poder de las redes hoy. Hemos dejado a un lado un mundo donde la información pertenecía a unos pocos. Hoy, todos, en unidad podemos conseguir cambios. Cambios hasta en entidades privadas como lo son las marcas, porque las marcas son parte de nosotros, y ellos no son nada sin nosotros (se van dando cuenta).

Empezaba el post diciendo que tuve una conversación con un amigo respecto al fin de la violencia, y lo empezaba así porque este ejemplo que acabo de contar es extrapolable a cualquier ámbito. Hoy somos capaces de parar entre todos, siempre como unidad, lo que no nos conviene, nos disgusta o no queremos que vuelva a pasar. La verdadera democracia pasa por esto. Si estamos hartos, y somos muchos los que estamos hartos, podemos cambiar la situación. Si no queremos más guerras, si no queremos diferencias, si no queremos enemigos, somos nosotros los que podemos hacer que esto suceda.

Campofrío, Puleva, Nestlé y Bayer han actuado conforme lo que sus consumidores querían, al final todo termina en una democracia global, porque no somos más que una unidad. Poco a poco nos vamos dando cuenta del poder de la conciencia global. Esto sólo son gotas del mar que está por venir. Sólo es el principio.