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25 diciembre, 2011
Opinión
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«This is London!» frase típica cuando algo no era muy común a lo que estábamos acostumbrados a ver en España.

Llegué a Valencia el 22 de diciembre, después de tres largos meses en Londres. Tenía ganas, me sentía lejos de todo pero estaba cerca de algunas cosas. Mi inglés mejoraba con el tiempo, me sentía cada día más cerca de poder entender perfectamente un idioma que al principio de los tres meses me resultaba imposible de descifrar. Al final todo es costumbre, hábito o interiorizar unas pautas. Ahora desde aquí me va a resultar muy difícil seguir con el idioma pero desde que he llegado no he perdido el hilo descargándome películas en inglés, leyendo periódicos online en inglés y bajando podcasts con un inglés fluido. El oido lo tengo afinado y es algo que no se puede perder.

Desde que llegué a Londres conocía mis propósitos y los intenté aplicar desde el primer instante. Me dediqué a buscar trabajo pero no hubo suerte, aunque tampoco puse mucho empeño ya que quería dedicar el tiempo a darle al inglés. Llegué a realizar dos «Trials» (pruebas) en dos restaurantes para trabajar de fregaplatos, ya que la gente que llega sin mucho nivel de inglés suele encararse a la hostelería. Y cuento esto porque no se me caen los anillos al trabajar en este tipo de puestos, muchos ni siquiera lo nombrarían en su blog. Reconozco mis limitaciones y el inglés es una limitación que poco a poco iré superando. Bueno, y respecto a la búsqueda de empleo, decir que, por lo menos en la hostelería, se aprovechan mucho de los extranjeros, poniéndoles a tope de faena y tratándolos como una basura más, algo que nunca entenderé en los negocios, porque cuando la felicidad del trabajador no es completa o satisfactoria cuanto menos el rendimiento es mucho menos del que el travajador podría dar en otras circunstancias.

Pasaban los meses y me decidí a buscar personas para intercambiar el idioma, personas inglesas que buscaban españoles para aprender su idioma a cambio de ofrecer su lengua materna. Y me siento muy afortunado de haber encontrado una gran persona en este sentido. Un chico de 19 años londinense que le apasionaba el español, que lo intenta aprender porque simplemente le gusta, un apasionado del idioma que yo domino. Un lujo para mi, ya que podía ayudarle con el español mientras que él me ayudaba con su inglés, corrigiéndome a cada paso, solucionándome todas mis dudas al instante, respetuoso y observador. Tuve mucha suerte, tal vez la suerte del que quiere algo de verdad, en mi caso aprender inglés. Además trabajaba en un cine en pleno centro de Londres y llegué a ir al cine unas 5 veces gratis gracias a él. Lo vuelvo a repetir, afortunado es poco y debo de darle las gracias por todo lo que me ayudó y por la tranquilidad con la que hablábamos (unas 3 horas por día, dos o tres veces por semana) y nos corregíamos.
Después deesto creo tener una persona importante con la que contar si alguna vez vuelvo por allí, y por supuesto, y así se lo he hecho saber, tiene las puertas de Valencia abiertas para lo que quiera.

Mi vida en Londres era metro, supermercado y casa. Me gustaba irme a ver lo que muchos llaman la capital de Europa. Llena de multiculturalidad, diferentes lugares para diferentes personas. Los acentos ingleses eran variados según con la persona que hablabas. Es lo malo, dicen algunos, cuando vas a un sitio tan multicultural, que se globaliza todo menos el idioma, que cada uno lo utiliza como quiere. Pero yo lo veo como algo bueno, es un reto conocer todos los acentos y cuanto más conozcas más fácil podrás salir de problemas más adelante…

Han sido tres meses gratos en muchos aspectos y con eso me quedo. Seguramente lo añore y seguramente tenga que volver, no sé si a Londres, pero el inglés lo considero imprescindible y debo hacerlo mío cuanto antes. No sé lo que me depara el futuro, pero seguiré fiel a mis proposiciones y algún día podré decir: My english is fluent!

Victor Almonacid
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Creador y CEO de Drealm Marketing ONline
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